Enseñe la diferencia entre mentir y hacer lo correcto. (Foto: Cortesía)
Dr. Denis Cardoze ([email protected])
| Psiquiatra de niños y adolescentes
Los niños mienten por diversos motivos y de diversas formas, sean imitativas o fantásticas, para llamar la atención o para defenderse ante alguna situación.
En la sociedad moderna urbana la mentira y el engaño son habituales, siendo en algunos sectores más bien una «virtud» el saber mentir o engañar como en los negocios y la política.
Los mismos adultos que se presentan en ocasiones como modelos mentirosos, actúan con energía y recriminaciones con los niños que mienten, aunque no produzcan daño a nadie con sus mentiras como es el caso de las mentiras fantásticas, provocando en aquéllos una confusión de valores y reacciones de frustración y hostilidad que paradójicamente los llevan a recurrir nuevamente al engaño.
Los niños mienten por diversas razones y es necesario distinguir en base a esto los diferentes tipos de mentiras:
LAS IMITATIVAS
Son aquellas que se aprenden de los mayores como las mencionadas anteriormente y pueden contribuir a la confusión de valores en el niño, aunque algunas de las mentiras aprendida sean de índole «diplomáticas» y no tengan consecuencias negativas, como dar a alguien una excusa inventada para no visitarle, o decir a una persona «te queda muy bien ese vestido» cuando en realidad se piensa lo contrario, etc. Pero cuando por imitación se aprende a mentir para salvar responsabilidades o para obtener algún provecho, entonces sí se está dando un mal ejemplo y una distorsión de valores.
LAS FANTASTICAS
Producto de la imaginación del niño, como cuando cuenta a sus amiguitos o a la maestra supuestas aventuras vividas por él, o se atribuye poderes fantásticos sin que exista una enfermedad mental de fondo. Estas mentiras son inofensivas y no deben ser castigadas o reprimidas. En caso de que se tornen muy frecuentes e impidan la vida normal del niño entonces sí habría que preocuparse por ellas e investigarlas más a fondo. En algunos casos pueden tener como causa la necesidad de recibir atención.
PARA LLAMAR LA ATENCION
Otras mentiras que obedecen al deseo de obtener atención y no son de naturaleza fantástica, se dan cuando un niño se siente desplazado por un hermano, cuando piensa o siente que no se le quiere, cuando no recibe elogios suficientes de parte de sus padres o sus maestros, cuando quiere ganar amigos, o en los adolescentes cuando quieren conquistar a una muchacha o farolear ante los amigos. Este tipo de mentiras, si no afectan la honra de alguna persona, también son inofensivas.
LAS MENTIRAS DEFENSIVAS
Tienen como su nombre indica, la intención de defensa, de evitación de una consecuencia desagradable, y es frecuente en niños que están sometidos a demasiadas presiones y normas de parte de los adultos. Son posiblemente las más comunes como motivo de queja en nuestras consultas, y se asocian generalmente con asuntos escolares como calificaciones, sanciones impuestas en la escuela, etc. Este tipo de mentiras para defenderse puede llegar a convertirse en un hábito permanente que persiste en la adultez.