Si hay personas que verdaderamente son ejemplo de lucha, esos son los campesinos que moran en la Cuenca del Canal. Ellos caminaron durante días para llegar a la capital, a fin de protestar contra la inundación de sus tierras. Pero no sólo han hecho eso. También han permanecido durante meses en la capital, pernoctando en el piso en el antiguo colegio San Vicente de Paúl, y durante el día, manteniéndose vigilantes al amparo de una endeble carpa azul frente a la Asamblea Legislativa. Ellos no piden que el gobierno les regale nada. Simplemente se preguntan: "¿Son los panameños para el Canal o es el Canal para los panameños?" Palabras sabias que encierran toda una filosofía de vida.
Y su sacrificio es mayor si se toma en cuenta que no es lo mismo caminar durante días por el pasto recién mojado, por el rocío de la mañana, que hacerlo sobre el asfalto caliente al que no están acostumbrados.
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