Cuando se llega a un grado tan alto de irresponsabilidad, como el que practicó ayer el panameño Roberto "La Araña" Vásquez, no se debe sentir compasión a la hora de imponer una sanción.

Por esa razón es que la Comisión de Boxeo Profesional de Panamá (COMIBOX), que encabeza Miguel Prado, no debe temblarle la mano para castigar no sólo a "La Araña", sino también a su entrenador Orlando Soto.

Y es que no se puede pasar por alto el poco importa que le puso "La Araña" y su entrenador por cumplir ayer con las 115 libras, que era lo que se había establecido para hacerle frente al ecuatoriano Rafael Tirado.

El domingo, en el pesaje previo, "La Araña" marcó 127 libras.

Ahora, ¿cómo es posible que cinco días después registra en la balanza 123 libras?

¿Qué hizo "La Araña" luego del domingo? ¿Cómo es posible que Soto, al que la COMIBOX lo premió el año pasado como el entrenador del año en Panamá, aprobó esta sinvergüencería?

Y es que Soto no me puede decir a mí que no sabía del peso excesivo, y es que luego de finalizar un entrenamiento, su obligación es pesar a su pupilo.

No culpo al apoderado de "La Araña", Carlos González, porque su obligación es darle todas las herramientas a su pupilo para que entrene.

Por último, felicito al comisionado de turno, Luis Carlos Cabezas, quien a pesar de las presiones que recibía le dijo no a la sinvergüencería, al poco importa de un boxeador que ya le perdió el amor al deporte de los puños.