Me causó tanta gracia escuchar cuando a un amigo, sus propios compañeros de trabajo le inventaron un "bochinche". Él estaba indignado, pues lo que hablaban, aunque tenía parte de veracidad, tenía también "su sal y su pimienta".

Y es que, aunque no lo quieren admitir, está comprobado que los hombres son más lengua de trapo que las mujeres. Sí señores, así es...

Ellos, cada vez que nos ven reunidas dicen frases como "ahí están en lo que les gusta, bochincheando", pero déjelos un ratito no más, que empiezan a deambular el área, se instalan a "recoger" el cuento y hasta meten la cuchara.

¿No que las chismosas éramos nosotras? ja, ja, ja, ja, ja..., permítanme reírme de eso, pues tanto mis compañeras como yo lo hemos comprobado con un departamento cercano a nosotras del cual no voy a decir el nombre.

Y es que, cada vez que nos llega un cuento nuevo, ¿adivinen de dónde sale? Sí, del departamento de los hombres donde "supuestamente" no hay chismes.

Hagan la prueba, mujeres, díganle algo pequeño a alguno de ellos y verán cómo en un par de días se forma tremendo "arroz con mango", peor aún cuando le preguntan al último que se lo sabe, quién le dijo y éste le contesta "fulano a quien se lo dijo mengano, que zutano le contó".