El punto discordante tiene que ver con los subsidios que recibe el sector productivo de los Estados Unidos, mientras que en Panamá los incentivos a la agricultura brillan por su ausencia, destacó Euclides Díaz, secretario de la Asociación Nacional de Ganaderos.
La otra cara de la moneda apunta hacia la apertura de nuevas oportunidades de negocio a favor del país, según José Pacheco, viceministro de Comercio Exterior.
Por otro lado, se maneja la tesis de que este acuerdo no aseguraría una reducción en los precios que pagan los consumidores panameños, puesto que existe la ley de libre oferta y demanda, aseguró el economista Adolfo Quintero.
Los comerciantes del Mercado de Abastos tampoco ven en el TPC una ventaja comparativa y menos en momentos en que existe sobreproducción en ciertos productos como la papa, cebolla, entre otros.
El TPC de los EE.UU. con Panamá permanecía en un limbo político desde 2006. El año pasado se importó mercancía americana por $6,000 millones.