Una familia había comprado un carro lujoso. El padre amaba ese auto. Llegando a una gasolinera los padres bajan y dejan al niño de 3 años en el auto. Cerrando las puertas, el niño, encontró un marcador y comenzó a escribir en todo aquel tapizado, con un gran entusiasmo y amor. Al regresar, el padre enfurecido, comenzó a golpear al niño en sus manos con mucha fuerza...hasta que tuvieron que sacarle al niño, ya que estaba muy maltratado, por lo que tuvieron que llevarlo al hospital.
En el hospital, les notifican a los padres que las manos de su hijito habían quedado lisiadas por la golpiza.
Encontrando al padre en la habitación envuelto en lágrimas, el niño le dice sonriente: "¡Hola papi...ya aprendí la lección, no lo voy hacer mas papi, pero por favor, que me compongan mis manitas!
El padre salió de aquella habitación muy triste. Aquello marcó su vida para siempre y la conciencia de lo que un minuto de ira le había costado al ser que más amaba en el mundo.
¿Por qué le damos tanta importancia a las cosas materiales al grado de lastimar a nuestros seres queridos? ¡Qué gran estupidez! "Un día nací, un día moriré , y nada me llevaré, pero ¿estoy realmente viviendo?" "Una casa está hecha de roca y madera, un hogar...de amor y entrega".
A veces descuidamos la relación de familia por cosas materiales. No olvidemos que primero están las personas.
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Genésis 12: 3.
|