Nayeli Williams
Hace unos d�as una colega me contaba una historia en la que un sujeto recogi� a un perrito en medio de una noche fr�a. La condici�n en la que se encontraba el perro cre� un sentimiento de solidaridad en el sujeto, lo que provoc� que se lo llevara a un sitio m�s c�modo.
Este tipo de informaciones me llena de emoci�n, puesto que es extra�o ver a una persona que tome este tipo de decisiones.
Hay quienes no son malos, pero simplemente el hecho de alimentar a un can de la calle puede llegar a parecer algo absurdo, cada quien tiene su manera de pensar e injusto ser�a que nos molest�ramos con alguien si no comparte nuestros puntos de vida.
Las grandes guerras del mundo est�n ligadas a la falta de tolerancia con relaci�n a choque de ideas entre las personas.
Con esta columna, aplaudo a estos individuos quienes, cansados de un agotador d�a del trabajo, se toman unos minutos de su tiempo para brindar alimento a quien de seguro estuvo d�as con hambruna, es una acci�n loable que en muchas ocasiones no son reconocidas.