Están a la buena de Dios. El MIVI realizó un censo en ocho casas condenadas que se encuentran en San Felipe. Allí se determinó que habitan unas 60 familias en condiciones deplorables por más de una década.
Virginia Miranda, directora de Desarrollo Social del MIVI, indicó que luego del estudio socioeconómico de esas familias se determinó que urge con prioridad unos 16 inmuebles, por lo que se está coordinando un proyecto de vivienda popular con la Fundación Cal y Canto, y muchos de ellos podrían beneficiarse de este proyecto. Sin embargo, se verificó que muchas de esas familias tienen ingresos informales que les limita acceder al mercado de la vivienda.
¿Desaparecerán las casas condenadas al final de este gobierno?
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