Buena noticia. Pese a las carencias e inseguridad que se vive en el centro de salud de Curundú, que motivaron la suspensión del servicio por dos días, los funcionarios y personal médico acordó que seguirá atendiendo a la comunidad.

La decisión se da luego de dos reuniones con las autoridades de Salud y de la Policía.

El director médico del local, Ricardo Powell, destacó que Roberto Valencia, encargado regional del departamento de Infraestructura del MINSA, se comprometió a instalar los aires acondicionados que faltaban.

Además, subirán el nivel del muro perimetral para que no haya posibilidad de que alguien entre cuando esté cerrado.

También, la entrada principal será movida a la vía Frangipani, de manera que esté en la calle principal.

Con respecto a las balaceras, la Policía Nacional prometió intensificar las rondas y añadirá un tercer custodio para seguridad del centro, porque la mayoría de las balaceras suceden frente a esta instalación.

En el encuentro se acordó la compra de un bus para transportar a los funcionarios, pues el que tenían fue vandalizado y se sospecha que fueron miembros de la comunidad.

Esta segunda reunión fue una exigencia de los funcionarios, pues habían paralizado labores hasta que las autoridades les dieran respuestas a sus inquietudes. A la primera sólo asistió la autoridad policial y Mario Rodríguez, en representación de la ministra de Salud.