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"Detalles" entre amor y religión
Alberto e Iván son un ejemplo de personas trabajadoras. (Foto: MILAGROS MURILLO F. / EPASA)

Milagros Murillo F. | DIAaDIA

Años de experiencia. Eso es lo que tiene el señor Alberto Correa, a quien DIAaDIA encontró en los predios de la Iglesia San Felipe de Portobelo, esperando a los feligreses del venerado santo para ofrecerles sus artesanías.

Fue en su natal Cali, Colombia, donde aprendió el arte de trabajar con vidrio, a lo que él llama "detalles", que no es más que diseños inspirados en el amor, en la amistad y en lo religioso.

Ya son diez años los que Alberto tiene viviendo en Panamá, donde recorre las distintas ferias del país, vendiendo además bisuterías, de las que resaltan los aretes, collares y pulseras.

"Gracias a Dios me ha ido bien, Panamá me ha recibido muy bien", dijo el hombre, quien a manera de agradecimiento se dedica también a enseñarles a los jóvenes que trabajan con él cómo hacer las artesanías. "Yo les voy enseñando porque pronto me voy para Colombia otra vez, pues mi familia está allá, pero yo quiero dejarles algo".

Uno de los pupilos de Correa es Iván Bonilla, quien tiene un par de meses de trabajar con él y ya se está entrenando en los adornos hechos con vidrio, cuyos materiales son reciclables. Y es que, ellos utilizan los tubos de lámparas fluorescentes, los limpian y luego los procesan con el soplete, dándole forma con la mano y con la boca.

El trabajo es delicado, mas no peligroso, dijo el artesano, quien ya tiene siete años de asistir a las festividades del Cristo Negro de Portobelo en Colón. Hace más de una semana ubicó su puesto y espera quedarse allí "hasta cuando me echen", comunicó entre risas.

SIN LUGAR FIJO

Para ofrecer sus productos, los artesanos tienen que ingeniárselas, pues no tienen un lugar fijo donde ubicarse.





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