Erik Lamela, un 'crack' argentino de sólo 12 años que era pretendido por el FC Barcelona, continuará en las filas infantiles de River Plate, al desestimar sus padres una abultada oferta del club español para emigrar del país.
La decisión cerró una fuerte polémica con la entidad catalana, que quería fichar al menor por cuatro temporadas a razón de 147.972 por año, más un contrato laboral para el padre del precoz jugador.
El acuerdo contempla que la institución 'millonaria' se comprometió a resarcir al jugador con el primer contra profesional, además de concederle un porcentaje de una futura transferencia; mientras que los dos hermanos del jugador fueron becados para estudiar en el instituto educativo que posee River.
"Es bueno que su familia haya decidido quedarse en Argentina. Erik tiene un potencial diferente a otros niños de 12 años a la hora de jugar, y su madre fue clave porque ella quería quedarse", dijo a su vez el vicepresidente de River, Domingo Díaz.
Ajeno a la polémica y bombardeado por múltiples programas de televisión en los últimos días, Lamela insistía: "Quiero jugar a la pelota", un deseo simple, común al de todos los niños en Argentina.
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