Corrientazo mortal
Murió a las cinco de la mañana, pero por la dificultad de su traslado fue sacado al mediodía.

Diamar Díaz Nieto | DIAaDIA

La dependencia por la droga lo llevó al más allá a través de un fuerte corrientazo que quemó su pecho y otras partes de su cuerpo.

Al señor Antonio "Tonín" Anderson, de 43 años, la muerte lo sorprendió cuando por segundo día consecutivo se metió al edificio conocido como Palas, para hurtar cables de electricidad. En la primera ocasión se llevó 25 metros, pero ayer, al intentar cortar con una segueta otros cables, su cuerpo fue estremecido, quedando inerte en medio de unas aguas que se filtraban por el conducto en el que se encontraba metido.

La gente se agolpaba en los asientos de la vieja estación de SACA, para ver cuando el cuerpo de Tonín era sacado. Por el tamaño del cuerpo del hoy difunto el traslado resultó difícil. Los lugareños recordaron que a pesar de su dependencia por las drogas no era agresivo, y que nadie pensó que su hora llegaría esa madrugada.

Al lugar se acercó su hijo Antonio James, quien no daba crédito de lo que estaba viendo. Relató que su padre era un buen electricista, pero quizás cometió el ilícito por estar en el "bajo mundo". Hoy sólo le quedan los buenos recuerdos de cuando era un hombre normal.

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