HISTORIA
El soldado

Redacción | DIAaDIA

La batalla había sido dura. El enemigo había usado toda su artillería. El joven soldado se miraba una y otra vez. Su uniforme no era más que un montón de harapos. Su cuerpo estaba todo magullado y lleno de heridas. Apenas podía mover las piernas. De los dos brazos sólo conservaba uno y el otro era un muñón, sus ojos estaban también muy mal...

Y lo peor era que había luchado para nada, porque había sido el enemigo quien se había alzado con la victoria. Poco le importaba a él que hubiese sido sólo una batalla. Para él, todo estaba perdido.

No volvería a presentarse ante su Capitán. Se abandonaría hasta morir en el campo. Sí, eso sería lo mejor...

Una voz amiga vino a sacarlo de su ensimismamiento. Su compañero de luchas lo tomó con cuidado y con ayuda de otros lo pusieron en una camilla. Luego, el amigo le dijo: "Tiene que verte el Capitán, se va alegrar mucho cuando te vea, seguro que hasta te da una medalla". El soldado no podía creer lo que el amigo le decía e insistía en que había perdido la batalla.

Al día siguiente, recibía la visita del Capitán en el hospital. Éste, al verlo, corrió y lo abrazó, pasando por alto los rigores de la disciplina militar: "Es usted un gran héroe, querido amigo. Voy a proponerlo para la medalla al mérito militar. Usted ha defendido su posición con uñas y dientes. Ahora ganó el enemigo, pero la victoria final es nuestra".

El soldado aprendió que en la vida no importa recibir heridas del enemigo ni perder batallas. Lo realmente importante es luchar por aquello en lo que uno cree.

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