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Anécdotas luego del vendaval
El pequeño Luis Alberto está casi a la intemperie, pues su casa no tiene techo. (Foto: HERMES GONZÁLEZ y ALEJANDRO MÉNDEZ / EPASA)

Carolina Sánchez P. | DIAaDIA

Se unieron en medio de la desgracia. Toda la noche del jueves los moradores de San Francisco, en el corregimiento Pacora, estuvieron reparando los techos de las viviendas, después que fueron arrasados por una ventolina.

¡SE SALVO DE MILAGRO!

Luis Alberto Cabrera, de dos meses de nacido, se salvó, pues en el cuarto en donde dormía junto a su papá, del mismo nombre, le cayó un árbol. Por suerte, a ambos no les pasó nada. Solo que el techo quedó destruido y "no tienen para ponerle uno nuevo", dijo Cabrera (padre). El jueves, en medio de la desesperación, Kenneth Benítez, de cinco años, se cortó el pie derecho con una hoja de zinc. El menor de edad fue llevado al médico donde le cogieron tres puntos.

NO LO ESPERABA

Otra de las afectadas fue la adolescente, Zobeida Salazar, de 16 años, a quien le cayó un rastrillo en el cuello que la dejó adolorida, pues anteriormente había sufrido un golpe en el cuello y se recuperaba. Esto ocurrió al momento que el viento azotó la comunidad. Ella se mantiene en el Hospital de Chepo.

NECESITAN MUCHA AGUA

El panorama en esta comunidad era desastroso, pues mujeres y niños caminaban sobre una carretera de tierra en busca de colchones y enseres para cocinar. Los afectados solicitaron la solidaridad del pueblo y pidieron agua para beber y cocinar. Hubo almas caritativas que al salir el sol se acercaron a la comunidad a regalar colchones.

DESPIADADOS

Aníbal Barnett, director de Desarrollo Social de la Alcaldía de Panamá, informó que algunas personas, que no eran afectados, se aprovecharon de la situación.





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