Martina no se dejó vencer


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Orgullosa muestra su broche de sobreviviente.

FOTOS: ROBERTO BARRIOS

  • Martina no se dejó vencer

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Yanelis Domínguez - DIAaDIA

Una vida de retos. Los constantes chequeos médicos de Martina Marín no fueron suficiente para evitar que ella sufriera de un cáncer de mama, enfermedad que le arrebató la tranquilidad de su hogar y calidad de vida.

Con voz pasiva y una paz interna que refleja la gran lucha que ha llevado Martina, relató que después de un chequeo de rutina, las palabras de un doctor hicieron que a sus 45 años de vida, el mundo se le viniera encima.

Ya diagnosticada con cáncer de mama y con la posibilidad de no vivir, empezó el proceso de rehabilitación, pero la posible cura tenía como consecuencia la pérdida de su mama izquierda.

Martina afirmó que perder la mama fue difícil, pues es parte fundamental de una mujer, pero para ella, aún más difícil fue enfrentarse a la pérdida de su cabello y a las constantes terapias que sin la ayuda de su familia quizás no hubiera superado.

Crónica de una muerte anunciada

Ella temía que esta situación sucediera en cualquier momento, pues el cáncer que ella padecía era hereditario, ya que su madre y abuela habían pasado por esta situación, así que ella sabía lo que le esperaba.

Al conocer del pequeño quiste que tenía, pensó mucho en qué sería de su hijo que en aquella época tenía siete años, pero gracias a Dios en este caso, ella sobrevivió.

Este mes, cuando se realiza la Campaña de la Cinta Rosada para prevenir el cáncer de mama, Martina ya fue dada de alta y se le otorgó el broche de la cinta rosada que la pone en las listas de sobrevivientes de cáncer de mama, lo que le ha cambiado su vida.

Ella es profesora de inglés en el Instituto Rubiano, lugar donde la mano amiga nunca le faltó, pues sus compañeros le dieron el aliento y apoyo emocional que siempre necesitó.

Martina sabe que la batalla tiene que seguir y ahora cuidará más de su salud, pero con la esperanza de ver crecer a sus hijos y a sus futuros nietos.

 
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