Para muchas madres, la hora de comer es un enfrentamiento armado, todo porque sus pequeños no prueban bocado si no es a la fuerza.
Pues es necesario que se entere, que la inapetencia o falta de apetito es uno de los motivos más frecuentes de consulta pediátrica, según el Dr. Iván Antonio Wilson.
DETALLES IMPORTANTES
El especialista menciona que primero que todo, es importante conocer aspectos fisiológicos del desarrollo y crecimiento del niño. Hay dos períodos de rápido crecimiento, por consiguiente, las demandas nutricionales y el apetito se incrementan. Estos períodos son:
El primer año de vida. La adolescencia (aproximadamente entre los 12 y 14 años).
Luego del primer año de vida, decrece el ritmo de crecimiento, las demandas nutricionales y el apetito del niño.
ERRORES COMUNES
Ahora mencionaremos algunos de los errores más frecuentes que cometen los padres en la alimentación del niño, y que pueden interpretarse como falta de apetito:
Seguir ofreciendo grandes cantidades de leche a un niño mayor de un año, o pensar que la leche sustituye a los alimentos sólidos. No tomar en cuenta el criterio del niño o sus gustos, en cuanto a la selección de alimentos. El niño no debe ser presionado, de lo contrario, desafiará a sus padres y querrá manipularlos. Eso sí, se debe mantener y respetar los horarios de las comidas. Se debe supervisar a los niños en edad preescolar y escolar, ya que al tener cierta autonomía, pueden ingerir golosinas o alimentos chatarras entre comidas, o pueden invertir más tiempo en jugar o realizar otras actividades (Ej. ver televisión), lo que se interpretaría como falta de apetito. No debe siempre atribuírsele la falta de apetito en niños a la presencia de parásitos intestinales. No pensar que hay vitaminas mágicas o estimulantes del apetito, que serán la respuesta a este problema. No premie al niño con golosinas o juguetes por comer. Se le debe convencer que si come, es por su propio beneficio y no por hacer un favor a los padres.
|