
El portero cubano Andy Ramos (derecha) le gana la posición a Blackburn.
Foto FE
El portero cubano Andy Ramos (derecha) le gana la posición a Blackburn.
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El portero cubano Andy Ramos (derecha) le gana la posición a Blackburn.
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El portero cubano Andy Ramos (derecha) le gana la posición a Blackburn.
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El portero cubano Andy Ramos (derecha) le gana la posición a Blackburn.
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Panamá concretó ayer su clasificación al Hexagonal de la Concacaf al empatar con Cuba 1-1, pero lejos de celebraciones, el funcionamiento colectivo e individual de la Roja le debió dejar al seleccionador nacional Julio Dely Valdés un enorme dolor de cabeza y una gran preocupación. Con el nivel mostrado ayer, poco tendremos que hacer en la próxima instancia de la eliminatoria.
Panamá reaccionó en los últimos 20 minutos del partido, la entrada de Yairo Yau por Gabriel “Gavilán” Gómez le dio otra cara al equipo en la cancha del Pedro Marrero.
La Roja sufrió y quedó deslucida por un empate 1-1 ante una Cuba que mereció mejor suerte, porque sencillamente fue muy superior en el primer tiempo y también lo fue por muchos minutos del complemento.
Queda la sensación de que a los cubanos les faltan tres cosas: un buen 9, un 10 y malicia. Al igual que lo hicieron en el Rommel Fernández, los caribeños ayer dieron muestra de una verdadera evolución futbolística, esos pequeños detalles se palpan en cómo hacían la transición en la pelota, en la forma criteriosa y con mucho sentido a la hora de hacer circular el balón, bajaron y jugaron la redonda a ras de piso, situación que en el equipo panameño parece una asignatura pendiente.
Lo malo para los cubanos y bueno para los panameños es que no contaban con jugador nueve (definidor), de lo contrario, el resultado hubiese sido otro.
Salvo el capitán Felipe Baloy y el portero Jaime Penedo, el plantel que dirige Julio César Dely Valdés se mostró desanimado y sin coherencia entre sus líneas, en la que en muchas ocasiones recurrían al pelotazo.
Cuba llevaba cinco partidos sin anotar y hasta gran parte del sexto juego tenía 487 minutos sin poder convertir un gol, su única diana de la eliminatoria se la hizo precisamente a Panamá gracias a los pies de pequeñín Alberto Gómez, quien supo aprovechar un error de Román Torres que se quedó parado y no supo cerrar un pase a profundidad que le robó la espalda.
Y aunque Baloy intentó cerrar al cubano Gómez, no pudo y él fusiló a Jaime Penedo a los 37 minutos del partido.
Panamá pudo abrir el marcador del juego, pero tanto Armando Cooper como Gabriel “Gavilán” Gómez fueron víctimas de las buenas intervenciones del guardameta cubano Andy Ramos.
Para el segundo tiempo las cosas no variaron, la Roja mejoró un poco, pero no como la afición que estaba presente en el Pedro Marrero esperaba.
Dicen que “goles son amores” y suman, pero la diana de Barahona fue más un error cubano que una habilidad panameña. Al final Panamá empató con un gol encontrado en el camino y fue quizás una cortina de humo de lo que realmente ocurría en el terreno de juego a los 73 minutos.
En lo agónico del partido, dos tiros que pegaron en el poste (el primero de Blas Pérez y el segundo Felipe Baloy) le negaron el triunfo a Panamá ante una Cuba que había entregado todo, contra un equipo panameño que parecía confiado y tranquilo.
A Panamá le faltó entrega, coraje en un encuentro en el que sencillamente Penedo y Baloy parecieran conocer estas palabras, el resto pasó inadvertido.
Con el empate, Panamá clasifica al Hexagonal como segundo del grupo C, junto con Honduras que goleó ayer a Canadá por 8-1 en el místico Estadio Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula.
La etapa Hexagonal arranca el próximo 6 de febrero, pero la escuadra que dirige el técnico Julio César Dely Valdés todavía tendrá muchas cosas que reflexionar y mejorar si quiere ir al Mundial Brasil 2014.