LA ESTILISTA DEL ‘FLOW’

Te dejará regia. Eso es lo que hace Wendy Barber, una mujer que a sus 30 años se considera victoriosa y exitosa. Es dueña de su propio negocio, un salón de belleza que se queda pequeño para la cantidad de clientes que la solicitan para un buen peinado, alisado, “blower” y demás trabajos.

Todo comenzó cuando.
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Wendy recuerda que hace seis años soñaba con tener un salón de belleza que, además de permitirle hacer lo que le gusta, fuera una fuente de ingresos que la ayudara a culminar sus estudios. Primero no tenía una estructura, solo un pequeño espacio con una silla y un espejo. Luego, con el pasar del tiempo, comenzó a ahorrar y obtuvo el dinero suficiente para levantar su puesto. Allí, todos los días, hombres y mujeres se congregan para conversar con Wendy y atenderse para quedar impecables.

Falta algo por culminar

A esta estilista estrella le falta algo para seguir luchando, y es terminar su técnico en enfermería. Sus dos grandes pasiones han sido la belleza y el ser técnica en enfermería, asegura que ya cumplió una y está batallando por la otra. En un futuro no abandonará su negocio, más bien, si Dios le permite convertirse en una técnica en enfermería, seguirá laborando en sus días y tiempos libres.

Su todo

Wendy es madre de un niño de 11 años y una niña de ocho, que son su fuente de inspiración y el motor que la guía para seguir.

Reconoce que, pese a que tiene mucha clientela, hay días difíciles, pues es la única que atiende y hasta enferma y con los ánimos por el piso le ha tocado trabajar. Sabe que esto tendrá su recompensa y le permitirá darles una buena educación a sus pequeños. Afortunadamente, cuenta con el apoyo de una pareja que la ayuda con los gastos.