"No trabajes hasta tarde". Este era el consejo que a diario le daba Justina Rivas a su hijo Enrique Tuñón, el taxista que fue asesinado de un disparo en la cabeza el jueves.
Ese día, Enrique salió a trabajar a las 6:30 a.m., de su casa ubicada en la Barriada Flamingo, en Capira cabecera, pero no regresó.
Héctor Manuel Acevedo, despachador de la piquera de TRANSFUSA, dijo que ser taxista en Capira y otros distritos de Panamá Oeste es un trabajo peligroso, por eso la mayoría de los conductores prefiere laborar hasta las 7:00 p.m.
Ayer se le tomaba declaración al supuesto homicida de Tuñón, que se entregó a las autoridades en El Chorrillo.