En un pequeño maletín, Ureña le llevaba merienda a Jaremis. (Foto: ERICK MARCISCANO / EPASA)
Carolina Sánchez P.
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Solo piden mejor atención. Ayer, afectados y familiares de personas afectadas con dietilenglicol se reunieron para expresar sus vivencias de salud, atención y cómo van las investigaciones, en la conmemoración de los tres años de la creación del Comité por el Derecho a la Salud y la Vida.
Quien estaba pendiente de todo lo que pasaba a su alrededor era la pequeña Jaremis Martínez, de tres años, quien estaba al lado de su madre Yahaira Ureña. Ellas madrugaron desde el sector de Villa Catalina, en Churuquita Chiquita en Penonomé, para estar presente en el Auditorio José Dolores Moscote de la Facultad de Economía de la Universidad de Panamá.
Jaremis tenía 10 meses cuando le diagnosticaron que estaba afectada por consumir medicamentos contaminados con dietilenglicol, por lo que no tiene buena salud.
Yahaira recordó que ella llevaba a su hija a Santiago para que la atendiera un fonoaudiólogo y que en una ocasión la niña estaba enferma con tos y solicitó que le recetaran algún medicamento. Fue entonces cuando empezó a consumir guayacolato, de los envenenados.
"Hay días que Jaremis no tiene deseos de levantarse de la cama, se queja de dolor de cabeza, en los huesos, de estómago y presenta dificultad para hacer sus necesidades fisiológicas", dijo entre sollozos su madre.
La preocupada mamá explicó que cuando ve a su pequeña decaída se arma de valor, porque le cruzan los pensamientos de que van muchas personas envenenadas que han muerto y eso le puede ocurrir a su hija.
La familia Ureña vive en medio de la pobreza. Jahaira es ama de casa y su esposo es ayudante de construcción, y cuando no hay trabajo labora cortando monte para mantener a su familia.
Jaremis comparte su cama con su hermana de 15 años y otra de 6, en una casa de quincha.
Cifras oficiales
Recientemente, el Ministerio Público informó que hay 1, 155 nuevos casos de afectados, estos nuevos posibles intoxicados se suman a las más de 800 personas investigadas hasta ahora, de las que más de 100 han muerto y otras 107 resultaron afectadas, según el Ministerio Público.
ADORADA
Jaremis es la menor de siete hermanos. Su familia siempre le hace un brindis para que pase un feliz cumpleaños.