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'Tengo una hija de mi padre'
La mamá de Viviana dice que jamás perdonará a su esposo por haber abusado de su hija. (Foto: NORIEL GUTIÉRREZ / EPASA)

Jesús Simmons | DIAaDIA

"Me decía que me quería". Para un niño o niña es difícil comprender que un padre, quien tiene la obligación de protegerlo y cuidarlo, sea quien le haga daño.

Por cuatro años, a quien llamaremos Viviana, para proteger su identidad, se debatió entre si era la culpable o no, de que cada vez que se quedaba sola en casa, su padre la abusara sexualmente.

Él la acariciaba y la besaba como si fuera una mujer, a pesar de que sólo tenía ocho años de edad. En su inocencia, la niña no comprendía por qué su padre le hacía "eso", mientras le susurraba al oído que la quería mucho.

Al preguntarle qué sentía cada vez que él se le acercaba, un silencio invadió la casa de madera, sus ojos se empezaron a enrojecer y las lágrimas rodaron por sus mejillas.

Pasados unos tres minutos, Viviana respiró profundo y con una voz entrecortada dijo: "Él me amenazaba con pegarme si llegaba a contar lo que me hacía".

Viviana hace otra pausa, y toma aliento para decir: "Nunca lo perdonaré". Lo mismo dice su madre, puesto que no concibe que le hiciera eso a su niña.

El desalmado padre se aprovechaba de su hija cada vez que se quedaba sola en casa, cuando su mamá salía a trabajar y su hermano iba al monte a sembrar.

Lo inaccesible de la casa, que está ubicada en las montañas de Capira, se conjugó para que nadie en el pueblo se enterara de la tragedia que estaba viviendo la niña. Las viviendas están distantes unas de las otras, por lo que difícilmente los vecinos se dan cuenta lo que hacen los otros.

DIAaDIA lo comprobó, al adentrarse a la montaña en un recorrido que duró tres horas y media. La primera hora se hizo en un "bote" que se solicitó a un carro de doble tracción y las otras, se culminaron caminando.

El calvario de Viviana terminó en el 2006, cuando su hermano, a quien llamaremos Fernando, descubrió que le estaba creciendo la barriga.

Doce años tenía cuando su progenitor la embarazó, o sea, que por cuatro años, la abusó sexualmente. Hoy, ella tiene 17 años de edad.

Al cuestionarse Fernando sobre quién era el padre de la criatura, sólo recibía llantos de su hermana.

Pasaron los días, hasta que al fin Viviana le dijo a su hermano que el responsable del niño que crecía en su vientre era el padre de ambos. Al conocer el hecho, Fernando confrontó a su padre, quien, en esa época, tenía 58 años de edad, pero él lo negó todo.

En busca de una solución a su problema, el muchacho tomó su caballo y bajó hasta la Corregiduría de El Cacao, donde denunció a su papá. Esa misma tarde, la Policía apresó al abusador, quien solo aceptó que abusaba de la niña, el día del juicio.

Por su falta, el padre de Viviana fue condenado a ocho años de prisión, de los cuales ya ha cumplido cuatro en la cárcel de La Chorrera. Hoy, es uno de los presos de confianza del penal, por lo que le dan salida a la calle cada vez que lo requiere. Hasta vende alimentos dentro de la cárcel, lo que hace pensar a Fernando que quizás su padre esté mejor que ellos.

Fernando sabe que hizo lo correcto al denunciarlo, sin embargo, tiene un conflicto en su corazón, ya que a pesar de todo, no odia a su padre, por lo que le hizo a su hermana.

De este abuso, nació una pequeña que en los cuatro años que tiene de vida no ha pronunciado una sola palabra, la niña padece de retraso mental.

Fernando está seguro que la enfermedad de su sobrina y hermana se debe a la relación de incesto que cometió su padre.

A pesar de que Viviana expresó que quiere a su hija, quien a la vez es su hermana, en el tiempo que los reporteros de DIAaDIA estuvieron en su casa, no se observó una muestra de cariño hacia la pequeña.

Cada vez que Fernando visita a su padre a la cárcel le hace saber que no puede volver a la casa a pesar de que él le ha dicho que quiere regresar.

Con mucho respeto, Fernando le propuso que es mejor que se vaya a vivir a la casa de sus hermanos, quienes lo odiaron por haber metido preso a su padre.

Viviana logró graduarse de la secundaria y ahora sueña con ir a la universidad. Pero piensa que el temor que le tiene a los hombres puede convertirse en un obstáculo para cumplir sus sueños.





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