Es otro tipo de acoso mediante el cual se pretende que la víctima realice acciones contra su voluntad. Quienes acosan pretenden ejercer un dominio y un sometimiento total.
Que la víctima actúe contra su voluntad, proporciona al agresor diferentes beneficios, sobre todo poder social. Para la víctima, a veces implica abusos o conductas sexuales no deseadas que debe silenciar por miedo a represalias sobre sí o sus hermanos.