
Demóstenes Caballero es un hombre trabajador y alegre. Fotos: ROXANA PALACIO
Demóstenes Caballero es un hombre trabajador y alegre. Fotos: ROXANA PALACIO
Demóstenes Caballero es un hombre trabajador y alegre. Fotos: ROXANA PALACIO
Las rosas son muy buscadas.
Madruga para vender flores.
Es muy amigable.
Lindas flores
Demóstenes Caballero es un hombre trabajador y alegre. Fotos: ROXANA PALACIO
Las rosas son muy buscadas.
Madruga para vender flores.
Es muy amigable.
Lindas flores
Demóstenes Caballero es un hombre trabajador y alegre. Fotos: ROXANA PALACIO
Las rosas son muy buscadas.
Madruga para vender flores.
Es muy amigable.
Lindas flores
Demóstenes Caballero es un hombre trabajador y alegre. Fotos: ROXANA PALACIO
Las rosas son muy buscadas.
Madruga para vender flores.
Es muy amigable.
Lindas flores
Demóstenes Caballero es un hombre trabajador y alegre. Fotos: ROXANA PALACIO
Las rosas son muy buscadas.
Madruga para vender flores.
Es muy amigable.
Lindas flores
Un hombre echa’o pa’lante. Demóstenes Caballero, de 47 años, poseedor de un buen sentido del humor, vende flores en la calle Justo Arosemena, bajando el Hospital del Niño.
Vive en La Chorrera, está casado y tiene dos hijos. Desde hace cinco años tiene su puesto de venta de plantas que él mismo siembra en el vivero de su casa en La Chorrera.
Para Demóstenes, es una alegría despertar cada mañana a las 3:00 a.m y llevar sus hermosas plantas a sus clientes.
Con mucho orgullo dice que para él vender flores es un regalo de Dios, pues le ha servido para superarse y llevar el pan a su casa, pero lo hace con mucho amor.
Los precios de sus flores van desde $1.50 hasta $4.00. Él se encuentra de lunes a viernes desde las 4:00 a.m. hasta las 3:00 p.m., y tiene muchos clientes que lo quieren.
Dice que su negocio es muy productivo y que tanto mujeres como hombres compran sus flores. Demóstenes destaca entre estas rosas, novios, novios matizados, romero, banderas, orquídeas, y ají de sabor, palma roja y cordón, también nazareno, guayaba hawaiana y rosas blancas son parte de su colección de venta. Tiene su propio busito con el cual transporta las plantas. Según él, el mejor mensaje que puede dar es el de ser siempre positivo y hacer el mejor esfuerzo para salir adelante.
Su inspiración para avanzar llegó un día en que fue a ver unas flores, de las tantas que había eligió una que se llama Dalia y no se la vendieron, desde entonces inició su pequeño negocio.