Una tradición que se pierde. Llevar coronas a las tumbas frías de los seres queridos ya fallecidos, el Día de los Difuntos, parece cosa del pasado.
Para los artesanos que con sus manos las confeccionan y luego venden, la prohibición desde el 2003 en los cementerios, del uso de las flores plásticas por el mosquito Aedes Aegypti y recientemente el aumento de los derivados del petróleo, están afectando y acabando con esta actividad.
Las pocas y "caras" flores plásticas que encontraron en el mercado las han destinado para los interioranos, quienes las compran, porque en sus cementerios las permiten.
Librada Batista, quien tiene 26 años de confeccionar en la bajada de Salsipuedes, explicó que las flores se seda se imponen, pese que las coronas son más caras, en promedio se usan unas 56 flores y van desde B/.10.00 En tanto las de plástico van desde B/. 5.00.
José Flores, a quien encontramos en plena faena, explicó que las ventas están flojas y cuando antes se ganaba unos 400 dólares, este año con suerte saca el gasto. Cree que a fin de mes la gente empiece a comprarlas, porque la fecha coincide con la compra de artículos alusivos a fiestas patrias.
|