Una tarde un nieto charlaba con su abuelo sobre los acontecimientos actuales. Entonces, de repente, él preguntó: ¿Qué edad tienes abuelo? El anciano respondió: Bueno, déjame pensar un momento... Nací antes de la televisión, las vacunas contra la polio, las comidas congeladas, la fotocopiadora, los lentes de contacto y la píldora anticonceptiva. No existían los radares, las tarjetas de crédito, el rayo laser ni los patines en línea.
No se había inventado el aire acondicionado, las secadoras (las prendas se ponían simplemente a secar al aire fresco). El hombre todavía no había llegado a la Luna y "Gay" era una palabra respetable en inglés que significaba una persona contenta, alegre y divertida, no homosexual, y los muchachos no usaban aretes.
Hasta que cumplí 25 años, llamé a cada policía y a cada hombre "señor" y a cada mujer "señora" o "señorita".
Nuestras vidas estaban gobernadas por Los 10 Mandamientos, el buen juicio y el sentido común. No se conocían los teléfonos inalámbricos y mucho menos los celulares. Las fotos no se veían al instante y en colores. Había sólo en blanco y negro y su revelado y copiado demoraba más de 3 días. Había tiendas donde se compraban cosas por 5 y 10 centavos. En mi tiempo, "hierba" era algo que se cortaba y no se fumaba; Fuimos la última generación que creyó que una señora necesitaba un marido para tener un hijo. Ahora dime, ¿cuántos años crees que tengo? ¡Más de 200! contestó el nieto. No, ¡solamente 57!
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