"En la vida, no es tan importante triunfar, sino recordar de dónde venimos y quiénes somos". Así empezó la amena conversación con el señor Leonardo Jordán Rodríguez, un hombre que dio sus primeros pasos en el Hogar del Niño, donde permaneció hasta los seis años de edad, y luego fue trasladado a la Ciudad del Niño, en La Chorrera, donde vivió libre hasta la adolescencia.
Leonardo es huérfano de padre y madre. Hasta hoy, no conoce ningún familiar cercano. Para él, el familiar más cercano es su padrino, el Dr. Manuel Vásquez, quien lo acogió en sus primeros meses de vida y le brinda apoyo actualmente.
A pesar de ser un hombre que no creció como cualquier niño en un hogar con sus padres, hermanos y seres queridos, Jordán se dedicó a la pintura, al arte gráfico y la serigrafía. Él pinta para dejar una historia a sus descendientes y decir: "Aquí estuve". Además, le gusta observarla, verla y contemplarla. Sin embargo, el arte gráfico lo lleva a solver sus necesidades y darle una buena educación a sus hijos.
El señor Jordán nos contó que demoró en hacer su familia, pero a sus treinta años logró recibir a su primer hijo, Jordán Rodríguez; después, Leonardo Jordán Rodríguez y, por último, Jordán Manuel Rodríguez.
Para su familia, oír hablar de Ciudad del Niño es un tema muy especial, pues siempre será su casa y el primer lugar que viene a su mente cuando tiene un recuerdo feliz.
Lo más interesante de todo lo que conversamos con Leonardo, es que sus hijos son parte de su vida e inspiración para sus obras.
Para que vean que este hombre es un ejemplo de enseñanza, también les puedo contar que a pesar de su pasado, hizo de su vida un logro lleno de bendiciones.
Como leen, ¡siempre debemos tener presente que venimos al mundo con un objetivo y un destino escrito para cada uno!
SU INSPIRACION
Para Leonardo, el éxito de su familia depende primero del trabajo; segundo, de la esposa y tercero, de los hijos.
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