Búsqueda afanosa

Ocho días después. Alejandro, un niño de ocho años, residente en Mano de Piedra, de San Miguelito, decidió romper el silencio y contar a su familia cómo vio morir a sus dos compañeros.

Según explicó, el pasado miércoles se encontró con Brayan, de 11 años e Isidro, de 10, con quienes se dedicaba a la venta de calcomanías en el restaurante Mc. Donalds, de Villa Lucre, y al mediodía, decidieron ir a refrescarse en un desagüe pluvial que se encuentra muy cerca.

Informó que al llegar al lugar empezaron a tirarse desde un pequeño barranco, pero de repente aparecieron dos lagartos que los atacaron. Uno de los animales tomó a Brayan por el pie y lo arrastró hasta el fondo del desagüe, donde se lo comió vivo, lo mismo sucedió con Isidro.

Alexander quedó horrorizado ante lo sucedido y pidió ayuda a gritos, pero dice que a todas las personas que les decía, les contestaban que estaba loco.

No fue sino hasta el domingo que Isaura Rengifo, tía de Isidro con quien él vivía, se dio cuenta de que el niño estaba desaparecido, por lo que puso la denuncia en la Policía Nacional (PN). La madre del menor tenía ocho meses que no lo veía, pues se había mudado a Chepo junto a su pareja; ahora solo repite que nunca lo volverá a ver.

Ayer, los familiares de los niños, quienes no asistían a la escuela, estaban a la espera de los resultados de la búsqueda que aún realiza el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc). A ellos se les unió el padre de Brayan, mientras que su madre fue llevada a recibir atención médica, porque sufrió un desmayo. Ella está embarazada y dijo que intentó poner la denuncia en la PN, pero no le hicieron caso.

Javier Castillo, director de Operaciones del Sinaproc, dijo que es casi imposible que se pueda hallar rastro del hecho e hizo un llamado a la comunidad para que cuando se den casos como este avisen de inmediato a la entidad.