Desde un lado de la autopista Arraiján-La Chorrera, Máximo Rodríguez observaba cómo era demolida la estructura que sirvió por 30 años, para el cobro de peajes a los conductores que utilizaban esta vía rápida.

Asegura que luego que se eliminara el cobro del peaje, los conductores imprimían mayor velocidad a los autos, especialmente durante las noche y madrugadas los fines de semana, quedando montados sobre las isletas o volcados en las cunetas.

Explicó que en más de una ocasión, durante los últimos meses, junto con otros vecinos, auxilió a varios conductores ebrios, que colisionaron de frente con las casetas de cobro o las pilastras, por lo que era necesario derribar la estructura, la cual ya no cumplía ningún propósito.

El derribo de la estructura, según el ministro de Obras Públicas, Federico Suárez, era necesario por lo peligroso que resultaba y por ser un estorbo para el tráfico vehicular.

Para finales de noviembre se tiene programado la licitación para reparar la autopista, lo que incluye la colocación de barandas de seguridad y luminarias, desde La Chorrera hasta Arraiján, a un costo de aproximadamente 25 millones de dólares.

Durante el tiempo que duren los trabajos de demolición y limpieza de escombros, se mantendrá un operativo de desvío por las entradas hacia la Interamericana o carretera "vieja".