
Los niños asistían a la iglesia Amor, en el barrio.
Los niños asistían a la iglesia Amor, en el barrio.
Los niños asistían a la iglesia Amor, en el barrio.
Los residentes han denunciado estas excavaciones.
Luego de llegar de su trabajo, Humberto buscó desesperado a sus hijos. Luis sufría de anemia falciforme. Fotos: ALEXANDER SANTAMARÍA /ROBERTO BARRIOS
Los niños asistían a la iglesia Amor, en el barrio.
Los residentes han denunciado estas excavaciones.
Luego de llegar de su trabajo, Humberto buscó desesperado a sus hijos. Luis sufría de anemia falciforme. Fotos: ALEXANDER SANTAMARÍA /ROBERTO BARRIOS
Los niños asistían a la iglesia Amor, en el barrio.
Los residentes han denunciado estas excavaciones.
Luego de llegar de su trabajo, Humberto buscó desesperado a sus hijos. Luis sufría de anemia falciforme. Fotos: ALEXANDER SANTAMARÍA /ROBERTO BARRIOS
Los niños asistían a la iglesia Amor, en el barrio.
Los residentes han denunciado estas excavaciones.
Luego de llegar de su trabajo, Humberto buscó desesperado a sus hijos. Luis sufría de anemia falciforme. Fotos: ALEXANDER SANTAMARÍA /ROBERTO BARRIOS
Los niños asistían a la iglesia Amor, en el barrio.
Los residentes han denunciado estas excavaciones.
Luego de llegar de su trabajo, Humberto buscó desesperado a sus hijos. Luis sufría de anemia falciforme. Fotos: ALEXANDER SANTAMARÍA /ROBERTO BARRIOS
El miércoles al mediodía ambos niños salieron de su casa en Las Paredes, sector #3 de la 24 de Diciembre, supuestamente rumbo a la Escuela Santa María de Los Ángeles, en donde uno cursaba el sexto grado y el otro segundo; pero al parecer se fueron a bañar a El Laguito.
La ausencia de los menores de edad se notó a las 6:00 p.m., al no llegar a su casa. En seguida familiares y amigos los buscaron por todos lados. Un señor que estaba cerca al lago les informó que había unos uniformes; fue entonces cuando se percataron de que dentro del hueco estaban los dos cadáveres, uno de los niños estaba desnudo y el otro solo llevaba calzoncillos.
Humberto Bustamante, padre de las víctimas, fue quien tuvo que sacar a sus hijos del lago; Luis estaba abajo y Ángel sobre sus hombros.
La escena desmoronó al padre, quien cayó al suelo llorando a sus dos hijos, pues, según él, pese a sus travesuras eran niños cariñosos y muy queridos en la comunidad.
Días antes, Humberto soñó que compraba dos ataúdes blancos y Luis soñó con agua sucia, sueño que fue catalogado por la familia como un mal presagio.
Los hermanos Bustamante amaban el fútbol y jugaban en las ligas de la comunidad. Luis era fanático del Real Madrid y Ángel, del Barcelona.