Mi esposo tiene un 98% de probabilidad de tener un mieloma múltiple, y estoy investigando todo acerca de la enfermedad. Él tiene 65 años, siempre ha sido sano. Fuimos al médico porque se le estaba bajando la hemoglobina y se quejaba de cansancio, él que siempre ha sido muy activo. ¿Me puede explicar más acerca de esta enfermedad?
El mieloma múltiple es un tipo de cáncer que comienza en la médula ósea. La médula ósea es el tejido suave y esponjoso que se encuentra en el interior de la mayoría de los huesos y ayuda a producir las células sanguíneas. En esta enfermedad se da una proliferación anormal de células plasmáticas. Dichas células de la sangre producen los anticuerpos (inmunoglobulinas) que nos defienden de infecciones y otras sustancias extrañas (antígenos). En el mieloma se produce de forma continua y en cantidad mayor a la habitual, un anticuerpo o componente monoclonal (proteína M) que se puede detectar en el suero o en la orina del paciente. Las células plasmáticas crecen fuera de control en la médula ósea y forman tumores en áreas de hueso sólido, que hacen que sea más difícil para la médula producir plaquetas y glóbulos sanguíneos saludables.
Los síntomas del mieloma múltiple se derivan de la proliferación descontrolada de las células plasmáticas que desplazan a las células normales, originando un cuadro de anemia, como sucedió con su esposo, con su sintomatología acompañante (cansancio, palidez, taquicardia, sofocos, etc.). Como también se ve afectada la serie blanca en la médula ósea, pueden aparecer infecciones de repetición, al disminuir las defensas celulares. También se producen intensos dolores óseos y a veces fracturas espontáneas de los huesos, debido a que se activan unas células que destruyen a los huesos. Como consecuencia de la presencia de una proteína anómala (proteína de Bence Jones) en la sangre puede darse un daño en los riñones que desencadene en una insuficiencia renal, lo que se agrava por el aumento de calcio en la sangre liberado al destruirse el hueso, que ocasiona otros síntomas. Además, se ha visto relacionado con una serie de afectaciones sistémicas (crioglobulinemias de tipo I, vasculitis, fenómeno de Raynaud, acrocianosis de los pabellones auriculares), todas explicadas por la hiperviscosidad o la disminución de la fluidez de la sangre, que afecta la llegada de oxígeno a los pequeños vasos sanguíneos, debido al aumento monoclonal de immunoglobulinas. Incluso cuando se da el tratamiento del mieloma, los pacientes pueden desarrollar anticuerpos contra el Factor VIII, provocando así una hemofilia adquirida.
Comprendo que la explicación no es sencilla. Sé que cada una de las condiciones asociadas al mieloma múltiple requiere una explicación particular, pero en este momento lo importante es que antes de iniciar cualquier tratamiento debe establecerse el estadio de la enfermedad, para comprobar el grado de afectación y la estabilidad del proceso. En los casos que sea necesario tratar, se realizará con quimioterapia (medicamentos que destruyen las células del cáncer), pudiéndose emplear muy diversos esquemas, dependiendo de los distintos factores pronósticos.
Las personas con casos leves de la enfermedad, o en quienes el diagnóstico es dudoso, no requieren otro tratamiento que la observación. Algunas personas presentan una forma de la enfermedad de desarrollo lento que toma años antes de causar síntomas y el tratamiento se inicia cuando la enfermedad avanza o causa síntomas.
La quimioterapia y la radioterapia localizada para aliviar los dolores óseos o tratar un tumor de hueso pueden ser de utilidad. Algunas veces se usa el trasplante de médula ósea en pacientes jóvenes, pero los resultados a largo plazo de este tratamiento se desconocen.
El pronóstico del mieloma múltiple depende del estado en que se encuentra la enfermedad y de la edad del paciente. Deberá consultar con su médico hematólogo para comprender detalles específicos del caso de su esposo en particular. El mieloma múltiple es una de las patologías hematológicas en la que más avances terapéuticos se han dado en la última década. En este contexto, la llegada de nuevos fármacos está mejorando la calidad de vida y supone "un gran avance" para la enfermedad, ya que están permitiendo ajustar el tratamiento para reducir la toxicidad tratando de que la terapia no pierda eficacia.