Acabó la novela. El Tribunal de Arbitraje del Deporte falló ayer a favor del gimnasta estadounidense Paul Hamm, ratificando su condición de campeón olímpico de la prueba de concurso individual.
El pronunciamiento del panel de tres magistrados puso fin a una saga que empezó hace más de dos meses, cuando el surcoreano Yang Tae-young sostuvo que un error de puntuación le costó el título y lo relegó a una medalla de bronce.
Yang apeló ante el tribunal, con sede en Suiza, para que se cambiasen los resultados y ajustar el orden de posiciones finales para que le adjudicasen el oro y Hamm recibiera la plata.
Pero el tribunal rechazó la apelación, confirmando los resultados originales: oro para Hamm y bronce para Yang. El veredicto es definitivo y no puede ser apelado.
"Un error identificado en forma retrospectiva, aunque haya sido reconocido o no, no puede dar lugar al cambio del resultado de una competición", indicó el panel de jueces.
A Yang se le descontó por error una décima de punto en su penúltima rutina. Terminó tercero, 0.049 puntos detrás de Hamm, en la prueba principal del programa de gimnasia.
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