No hay nada mejor que leer un buen libro para relajarse y olvidarse de los problemas.
Quienes leen, cultivan su acerbo cultural, tienen más facilidad de comunicación y son mucho más interesantes, pues siempre tienen un tema de qué hablar.
Los niños son los más propensos a cultivar este hábito, pues van adquiriéndolo en la escuela primaria; pero, penosamente, a medida que pasa el tiempo se olvidan de esto. Para procurar que los niños no olviden el hábito de la lectura, usted como padre puede hacer lo siguiente:
Tenga su biblioteca personal en casa. Con poco dinero, puede recopilar buenos y variados libros, así, de esta forma, su hijo se verá en la obligación de buscar lo que necesita en ellos. No utilice siempre la Internet. Aunque las computadoras muestran de todo un poco, trate de por lo menos no utilizar la Internet dos o tres veces a la semana. Reúnase una vez a la semana junto a toda la familia para leer y conversar acerca de un libro o una historia. De esta manera, compartirá más con su familia en una actividad provechosa para todos.
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