Una bala lo mató. Mucho dolor y tristeza viven hoy los familiares de "Tato", como era conocido el sargento jubilado de la Policía, Graciano Coparropa Álvarez, de 49 años, quien fue asesinado y mutilado el pasado jueves.
DIAaDIA estuvo en la casa donde vivió "Tato" con su cónyuge y tres hijos, de 11, 8 y 3 años, quienes quedan en la orfandad.
El cuñado de Tato, quien evitó dar su nombre, mostró su asombro por lo sucedido, indicando que "quienes lo hicieron son seres que no tienen corazón, allá arriba hay un Dios y de la ley de Dios nadie se escapa".
Desconoce si tenía problemas, dijo que "sólo él sabe quiénes fueron y las autoridades sabrán encontrar a los culpables, nosotros no podemos señalar a nadie". Se quejó de las fotos que aparecieron en los medios de comunicación. "Para vender un periódico, no hay que poner una foto como esa, jugaron con nuestros sentimientos", reiteró.
Explicó que Tato fue un buen amigo como persona, se dedicó siempre a su hogar y sus hijos. Graciano había pedido un préstamo para reparar el taxi de su hermano y lo estaba manejando hasta cuando saliera de la deuda y, además, para buscar una extra. Luego le devolvería el taxi a su hermano.
La PTJ ubicó el taxi Mitsubishi con placa 8T-15675, que manejaba Coparropa, a un kilómetro de donde fue encontrado su cuerpo en Villa Unida, de Chilibre.
El forense Vicente Pachar dijo que la necropsia reveló que Coparropa murió por herida de proyectil de arma de fuego en el tórax. "La bala la tenía dentro", confirmó Pachar.
El psiquiatra Alejandro Pérez indicó que está aumentando, no sólo la violencia, sino la intensidad. Según Pérez, se manejan dos hipótesis: que hubo mucha saña e ira o que quieren enviar un mensaje.
FUERON VARIOS
Wilfredo Hurtado, de la PTJ, dijo que fueron más de dos personas que asesinaron a Coparropa, por la forma que lo hicieron.
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