El amor y la comprensión unen a la familia. Estos dos conceptos, lo manejan a la perfección la familia Hinestrosa Méndez, que hace 11 años se fortalecieron al paso de la enfermedad de uno de sus miembros.
Juan, de 18 años; Kaiser, de 17, y Michel, de 12 años, son tres hermanos ejemplares que han dejado los juegos de juventud para convertirse en los fieles compañeros de su hermanita: la gemelita Stefanie, una niña discapacitada.
Pero no siempre fue así. Cuando ella tenía un año, cuenta su madre Idalba, empezó a tener una crisis convulsiva, sin explicación alguna, siendo el Síndrome de West el causante de su deterioro. Stefanie dejó de caminar y hablar.
Hoy, Juan y Kaiser se han convertido en su apoyo, voz y aliento, y se la pasan el día con ella para que su madre pueda trabajar, ya que es el único sustento.
"Para mí, es duro y sufro mucho al saber que tengo a mis hijos sometidos por la enfermedad de su hermana, pero les digo que son mi único apoyo porque no cuento con más nadie", explicó Idalba.
CAMBIOS
Ellos no se sienten diferentes, aunque dejaron de ir a la escuela en el día y optaron por asistir de noche a la Fernando De Lesseps en Arraiján, que ven como un sacrifico para ayudar a su hermana.
A pesar de que tuvieron que ir a asistencia de paidopsiquiatría, aparte por la ausencia de su padre, apunta de comunicación superaron la situación y comprenden esto como una familia unida.
EXPERTOS
Conocen a la perfección, cómo manejar las frecuentes convulsiones y saben qué tiene.
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