Es digno de admirar. "Aunque los obstáculos nos saquen fuera de control o alteren el paso de nuestra juventud, más vale perseverar, ser feliz y estar conforme con todo lo que Dios nos da".
Así lo argumentó el joven Juan Carlos Valdés, un chico que se esfuerza por alcanzar sus metas más preciadas: obtener un título universitario y poder ayudar a su familia.
Juan Carlos reside en el sector 2 de Cerro Batea junto a sus padres y sus dos hermanos. Por la difícil situación que atravesaba su hogar, aunado a otros problemas, sólo llegó hasta sexto grado en la Escuela República de Francia.
Sin embargo, al verse estancado, un profesor y su padre lo animaron para que aprendiera una carrera técnica en la Fundación Industrias de Buena Voluntad, ubicada en Los Andes #2, y así lo hizo.
Actualmente trabaja en el taller de metales de dicho proyecto, y en horas de la tarde asiste a la escuela. Allí entra a las siete de la mañana, y con lo poco que se gana lo distribuye de tal manera que todos sean beneficiados, refiriéndose a su familia, pues con dicho pago compra ropa, ahorra y también aporta para comprar la comida de la casa cada quincena.
En el taller de metales, Juan Carlos trabaja elaborando ventiladores de turbina para una empresa privada. Este joven pretende en un futuro cursar una carrera especializada en mecánica y formar su propia familia, pero con valores.
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