Su mirada se perdía entre un azul cielo que resplandecía después de derramar abundante lluvia.
Viodelis Aneth Ariza es una de las damas que le rindió gracias al noble Cristo Negro de Portobelo, postrando sus rodillas por las calientes calles de este colonial pueblo.
Viodelis venía caminando desde Sabanitas, y a la entrada de Portobelo se arrodilló para no pararse más, hasta que llegó a los pies del santo.
¿Su razón? El amor. Aunque esta ofrenda es por sus nietos, el agradecimiento mayor es por Josué Velarde, de aproximadamente tres años, que sufrió al momento de nacer una complicación que le impedía que el oxígeno le llegara al cerebro. Hoy es un niño sano y fuerte, que en su inocencia ayudaba a sus familiares a abanicar el suelo, para eliminar las piedrecillas y el polvo que se alojaba maliciosamente en las palmas de las manos y en las piernas de su generosa abuela.
"Pagaré esta manda mientras viva", dijo después de terminado su sacrificio.
Aunque esta determinación es reciente, sus visitas a El Nazareno no lo son, ya que lleva casi 23 los años dándole gracias porque jamás la ha defraudado, y las obras que ha hecho por ella son grandes, suficiente razón para dedicar toda su vida a él.
BARBEROS DE LA FE
Apostados en distintos puntos de la iglesia de San Felipe, los vemos realizando el oficio de fígaro.
Otra de las tradiciones de las fiestas del Cristo Negro es el corte de cabello de los penitentes, a precios módicos y trabajando sin parar.
Vestido con el manto morado, José "Bin Laden" Valdespino lleva 27 años cortando cabellos.
Sobre cuántos cortes de cabello ha realizado, dijo jocosamente que a su "computadora se le cayó el sistema", aclarando que lleva más de cien.
Indicó que también paga una manda, pero más que nada por su salud y la de sus familiares.
Muy cerca de él, Dennis Armando Berguido, conocido como el "Barbero Loco", lleva en esta labor 25 años y afirma que por lo regular las donaciones que reciben dependen de la persona.
El Barbero Loco dijo que empieza a trabajar desde las cuatro de la madrugada, sin parar. "Mire periodista, las donaciones dependen. Por lo menos a este señor no le dicen "chupacabras", pero es duro de dar", sentenció, refiriéndose a uno de los señores a los que acicalaba, adelantando que la mayoría de los clientes dan entre B.2.00 y B.2.50.
Explicó que el santo también les da de ganar, por lo que tratan que no se excedan, porque en esto también manda la fe.
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