Al colonense Mauricio "Ñáñara" Martínez sólo le faltó que le pegaran con el banquillo la noche del pasado sábado, en el estadio Don Haskins de la Universidad de Texas, Estados Unidos.
Fue tanta la paliza que recibió "Ñáñara", que le desfiguraron el rostro y lo mandaron tres veces a besar la lona, para al final caer derrotado por nocaut técnico a la altura del noveno asalto, ante el filipino Gerry Peñalosa.
De seguro que esta noche es casi comparable a aquel 15 de marzo de 2002, cuando Martínez perdió el título Gallo de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en México, ante el azteca Cruz Carbajal, por nocaut técnico en nueve rounds.
Y es que no fue una simple derrota la del pasado sábado, porque antes de que sonara la campana, el gladiador colonense estaba clasificado de número uno en el peso Gallo de la OMB, octavo en la Federación Internacional de Boxeo (FIB), onceavo en el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y tercero en la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
HISTORIA DE LA MASACRE
No hubo asalto de estudio entre Peñalosa y Martínez, porque ambos púgiles salieron a intercambiar metrallas a quemarropa.
Pero, en medio de las combinaciones de derechas e izquierdas, fue Martínez el primero que cayó ante el poder de los puños del filipino.
Era el principio del final, porque nuevamente en el cuarto round el panameño volvió a arrodillarse ante la supremacía de su rival.
En ese momento, había que buscar otra estrategia. Fue así que Martínez comenzó a bailar en las puntas de sus zapatillas, con la intención de alejarse de la línea de fuego.
Sin embargo, las condiciones traicionaron al panameño, porque en el noveno round volvió a caer a merced de Peñalosa.
Ya en la lona y con los ojos perdidos, el árbitro Rubén Carrión decidió salvar al "Ñáñara" de la paliza brutal que estaba recibiendo.
¡INCREIBLE!
"Ñáñara" había despreciado una oportunidad para pelear por el cetro interino del peso Gallo de la OMB, precisamente el pasado sábado en Colombia.
|