El 23 de octubre de 2006 marcó la vida de los panameños y dejó al descubierto un carente sistema de transporte colectivo, que transcurrido un año poco ha cambiado. La muerte de 18 personas calcinadas en el bus 8B-06 motivó a acelerar la modernización de un sistema masivo, además de introducir cambios en la ley del transporte, hoy la llamada 269. Pero los usuarios esperan más y es necesario que las autoridades dejen de maquillar la realidad y logren cambios radicales en beneficio de los panameños.
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