Y decía Lao Tze: "En un camino de mil kilómetros, siempre se comienza por un primer paso". Así, cuando el amor invade los espacios del pensamiento, ya no se puede volver atrás en ese difícil, pero maravilloso camino.

En los tiempos actuales se ha perdido el concepto de amar y se ha trocado en solo desear, sin embargo, nadie puede amar con verdadera intensidad si en principio no se tiene amor por la vida misma, que nos entrega sin pedir, un mundo tan lleno de oportunidades.

Para el que se ha entregado en cuerpo y alma a la religión, cualquiera que esta sea, el concepto de amar se hace más universal, entregando al prójimo toda su capacidad amorosa. Existen muchos ejemplos alentadores sobre esta capacidad de entrega.

Basta mencionar a una mujer admirable y ejemplar, la Madre Teresa de Calcuta, que hizo de su vida una obra maestra en su vocación de entrega y de servicio.

El llamado amor Platónico, es un amor virtual, invisible y solo materializado en el sentimiento del que lo experimenta. Es aquel que se enamora perdidamente de lo que es el BIEN, lo que es la VERDAD y lo que es la BELLEZA. Como ejemplo de ello, es aquel que se enamora de su trabajo, de su profesión o del arte en todas sus formas.

También está el que se derrama hacia los padres, los hermanos, la esposa, los hijos y los nietos. Es éste un amor objetivo y materializado en aquellas personas en que existe una vinculación muy estrecha

Así, si todos amaramos con intensidad, ¡Qué tantas cosas maravillosas podríamos hacer con nuestro prójimo y con nuestros convivientes y convividos!