
Los buceadores desafían el clima y arriesgan sus vidas.
Los buceadores desafían el clima y arriesgan sus vidas.
Carlos Beker, de 22 años de edad, quien se dedicaba a bucear langostas, murió luego de sumergirse al mar, frente a Playa Roja, en el corregimiento costero de Cusapín, en la Comarca Ngöbe- Buglé.
Aparentemente, el joven no tenía la experiencia necesaria y se arriesgó demasiado al bajar entre 12 y 14 yardas de profundidad, dijo Juan Aguilar, compañero de buceo del fallecido.
Agregó que había tres de ellos, Carlos se sumergió, pero no lo vieron salir, a pesar de que lo buscaron, no fue hasta 24 horas después cuando pudieron dar con el cuerpo a unas 14 yardas de profundidad.
Por su parte, Arquímedes Santiago, primo hermano del occiso, manifestó que, a pesar del riesgo, no les queda otra alternativa que arriesgarse, pues no hay otra actividad que les permita llevar el sustento a sus hogares.
Destacó Santiago que no es la primera víctima en este tipo de situaciones. Es un riesgo grande que corren los intrépidos del mar, sin importarles el clima, siempre salen a arriesgar la vida.
Agregó que de verdad se arriesgan y por casi nada, pues los compradores no pagan más de $2.50 la libra de langosta, en ocasiones, sacan entre 12 y 30 libras por día, pero hay veces que se van sin nada para la casa, lo que los obliga a ir a lugares más profundos, y peligrosos por las fuertes corrientes que se registran en la región.
Para llegar al Río Caña hay que trasladarse dos horas y media en carro desde Changuinola, luego cuatro horas en lancha a través de fuertes oleajes que han provocado muchas muertes cuando han intentado llegar a sus hogares o destinos.