No hay duda de que la miseria y el hambre siguen golpeando a decenas de hogares de la campiña veragüense. Varias familias del corregimiento de Ponuga en Santiago sufren en carne propia la falta de apoyo para mejorar sus condiciones de vida.

Este es el caso de Juliana Gómez de 103 años, quien vive en condiciones de pobreza en la comunidad de Los Caratales.

Aún a su edad tiene esperanza de que su familia salga adelante. "Le pido a Dios todos los días por la salud de mi familia y que nos de prosperidad para mejorar nuestra calidad de vida", comentó.

La señora Juliana quiere que la ayuden con el programa de 100 a los 70, o bien que le construyan una casita y una cama donde pueda dormir cómoda durante las noches.

En iguales condiciones vive Elena Marín de 70 años. Ella siempre ha vivido en un rancho de pencas, con pocos o nula alimentación.

Otras cinco familias se suman a esta realidad, quienes aseguran que llevan muchos años pidiendo ayuda de las autoridades.

El Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y el Ministerio de Vivienda (MIVI) levantan un informe de estas familias.