San Felipe es uno de los lugares turísticos más visitados. Las calles, al menos en este lugar, tienen las nomenclaturas. (Foto: CAROLINA SÁNCHEZ)
Carolina Sánchez P.
| DIAaDIA
"Allá adelante, donde está el árbol de mango, dobla a la izquierda y ahí está". Quizás muchos hemos escuchado y dado este tipo de dirección, que más que ayudar termina perdiendo a las personas.
DIAaDIA se tomó la tarea de hacer un recorrido por un sector de la ciudad capital para comprobar qué tan diestros son los panameños a la hora de dar una dirección.
Al llegar a San Felipe, le preguntamos a uno de los residentes dónde estaba el Paseo Esteban Huertas. Él indicó que tomara por calle octava hacia abajo y donde había un parque, allí era. Para hacer el ejercicio que hacen los turistas nacionales e internacionales, caminamos al lugar, pero claramente se sabía que la dirección estaba errada. Situaciones como esta enfrentan a diario todas aquellas personas aventureras cuando están en busca de sus destinos.
La peripecia
Al llegar al lugar, preguntamos: ¿es este el Paseo Esteban Huertas? y una funcionaria de una entidad que está cerca no supo ofrecer la respuesta. Al tocar otra puerta, finalmente, una joven sí acertó en la dirección y dijo: "Tome por la Calle 'A' hasta el final, de ahí dobla a la derecha y estará a pasos del lugar que busca".
Merce Castillo iba junto a su esposo Marcos Amore, ambos de nacionalidad española y con cuatro días de estar en el país, pero para conocer mejor los lugares turísticos optaron por un guía. Al preguntarle qué tal les había ido en el país en cuanto a cómo llegar a los lugares que querían ir sin guía, manifestaron que, al llegar a Panamá, se ubicaron por los barrios.
Ambos concordaron que en Panamá las personas dan las direcciones regularmente y que les hace falta especificar. "Creo que las personas tienen que aprenderse el nombre de las calles, los lugares, las plazas y demás para poder ubicar a otras personas", aseguró Amore, aunque resaltó que no hay las nomenclaturas suficientes en las vías para ubicar a los visitantes. Imagínese que por lo menos en la Catedral hay letreros, pero hay otros lugares que ni señales tienen.
La misma estrategia se empleó para llegar al Parque Simón Bolívar. Preguntamos a un turista dónde estaba el parque, sacó su mapa y con paciencia indicó la dirección, pero al ver el rostro de confusión, dio una segunda explicación.
Esta misma precaución tomaron otros turistas quienes estaban en la Plaza de Francia, pues tenían un manual de sitios turísticos y, además, consultaban en unos letreros informativos que había en la plaza.
Ya al final del recorrido, después de seguir a tantos turistas y preguntarles sobre las direcciones, se comprobó que los panameños aún estamos acostumbrados a darlas destacando un lugar y no los nombres de los locales, monumentos o de las vías.