ENTRE NOS

�Abuelaz�n!


Elizabeth Mu�oz de Lao

Dios no castiga palo, castiga lengua, dice mi mam�. Tiene raz�n.

Dentro de poco entrar� al club de las abuelas y ya padezco de una �enfermedad� llamada �abuelaz�n�.

Hace solo un a�o, mi manera de pensar, que repet�a en voz alta una y otra vez, era que cuando tuviera a mis nietos quer�a que fueran a visitarme por dos horas, durante las cuales yo los consentir�a, y luego se ir�an para sus casitas porque yo quer�a tener paz y tranquilidad.

Seg�n yo, el d�a que me jubilara solo quer�a verme atendiendo un negocio propio, para entretenerme y ganar unos realitos extra, que me permitir�an viajar y redecorar mi casa cada seis meses.

Ahora resulta que cuando digo que Dios no castiga palo, sino lengua, me refiero a que ya me veo atendi�ndolo, consinti�ndolo, disgust�ndome cuando mi hija o su pap� lo rega�en, llev�ndolo a la escuela, preocup�ndome por qui�n lo cuidar�, y, sobre todo, con temor de que lo alejen demasiado de m�.

�Se dan cuenta? Ya no pienso en esas dos horas en que �l llegar�a a mi casa, me abrazar�a, lo consentir�a y se ir�a, y yo quedar�a feliz y... �libre!

Es que ahora entiendo lo que significa ser abuela. No solo se trata de amar dos veces a una sola personita, sino de volver a vivir y sentirse �til, querida sin condiciones; recibir besos de una boquita pegajosa por las golosinas y abrazos de unas manitas sucias de tanto jugar. Refunfu�ar por unas paredes rayadas o un adorno quebrado... Hace a�os que no s� lo que es eso y jam�s me imagin� que me encantar�a volverlo a vivir. Ahora espero con ansias esos momentos. Y si eso no es abuelaz�n, entonces que alguien me explique qu� significa ser abuela. Y, ojo, �ahora me siento m�s joven y m�s viva que nunca!

MÁS NOTICIAS