
Durante la eucaristía, los familiares se notaron afligidos.
FOTOS: VICTOR AROSEMENA/ ERICK BARRIOS
Durante la eucaristía, los familiares se notaron afligidos.
FOTOS: VICTOR AROSEMENA/ ERICK BARRIOS
Durante la eucaristía, los familiares se notaron afligidos.
FOTOS: VICTOR AROSEMENA/ ERICK BARRIOS
Lidia Atencio, sobreviviente del accidente.
Retocaron los corazones azules.
“Honramos su partida y esperamos que el transporte en Panamá mejore “.
Hernan Castillo
“Fue una experiencia difícil que no olvidaremos, pero sí aprendimos de ella”.
Cornelio Rivas
Durante la eucaristía, los familiares se notaron afligidos.
FOTOS: VICTOR AROSEMENA/ ERICK BARRIOS
Lidia Atencio, sobreviviente del accidente.
Retocaron los corazones azules.
“Honramos su partida y esperamos que el transporte en Panamá mejore “.
Hernan Castillo
“Fue una experiencia difícil que no olvidaremos, pero sí aprendimos de ella”.
Cornelio Rivas
Durante la eucaristía, los familiares se notaron afligidos.
FOTOS: VICTOR AROSEMENA/ ERICK BARRIOS
Lidia Atencio, sobreviviente del accidente.
Retocaron los corazones azules.
“Honramos su partida y esperamos que el transporte en Panamá mejore “.
Hernan Castillo
“Fue una experiencia difícil que no olvidaremos, pero sí aprendimos de ella”.
Cornelio Rivas
Durante la eucaristía, los familiares se notaron afligidos.
FOTOS: VICTOR AROSEMENA/ ERICK BARRIOS
Lidia Atencio, sobreviviente del accidente.
Retocaron los corazones azules.
“Honramos su partida y esperamos que el transporte en Panamá mejore “.
Hernan Castillo
“Fue una experiencia difícil que no olvidaremos, pero sí aprendimos de ella”.
Cornelio Rivas
Durante la eucaristía, los familiares se notaron afligidos.
FOTOS: VICTOR AROSEMENA/ ERICK BARRIOS
Lidia Atencio, sobreviviente del accidente.
Retocaron los corazones azules.
“Honramos su partida y esperamos que el transporte en Panamá mejore “.
Hernan Castillo
“Fue una experiencia difícil que no olvidaremos, pero sí aprendimos de ella”.
Cornelio Rivas
El tiempo no borra el dolor, solo lo calma. Así coincidieron los familiares y amigos de las 18 personas que fallecieron hace seis años en el bus de la ruta Mano de Piedra-Corredor, en la Avenida Martín Sosa, en el área de La Cresta.
Desde temprano se reunieron en la basílica Don Bosco para realizar una misa y luego caminar al lugar de la tragedia, donde pintaron corazones azules.
Mientras esto sucedía, a un costado de la calle estaba Cornelio Rivas, uno de los que ese día ayudó a salvar la vida de algunas personas.
Hace seis años él estuvo allí, sentado en uno de los puestos, y luego de que se iniciara el incendio logró salir, y de inmediato buscó un palo para romper la ventana y sacar a los que podía. Con dolor en su alma dijo que luego de algunos minutos su misión terminó, pues el bus estalló y no había nada que hacer.
Él, todos los años regresa al lugar a participar en las actividades, y la nostalgia invade su corazón, pero con la fuerza que Dios le ha dado ha seguido su vida y espera que esta historia no se vuelva a repetir.