
El defensa Jordi Alba rescató al Barcelona de un empate inmerecido ante un tacaño Celtic que se defendió en su propia área hasta con nueve jugadores.
El gol del lateral sirvió para levantar al Camp Nou y mantener al club catalán en la cima del Grupo C de la Liga de Campeones.
Barcelona tuvo como nunca la pelota y, aunque fue mejor, no pudo plasmar esa superioridad en el campo y le tocó sufrir más de la cuenta para ganar el partido.