El Rosenborg ganó ayer en Trondheim con autoridad al Valencia por 2-0, en un encuentro en el que el equipo noruego no dio opción a un rival, que apenas entró en el partido y que ve comprometida su clasificación tras su segunda derrota consecutiva en la Liga de Campeones.
El Valencia fue un equipo frío, que apenas supo crear peligro ante la meta local y que nunca encontró la forma de adueñarse del partido ante un rival sin excesiva calidad, pero que jugó con mucha intensidad, creyó en sus posibilidades y buscó la victoria más y mejor que su rival.
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