"Kevin, el jugador de San Felipe". Así le decían a Luis Kevin Ovalle Bolaños, de 8 años, quien falleció la noche del jueves 18, producto de un impacto de bala en el tórax cuando se encontraba jugando fuera de su casa en calle 4ª San Felipe.
En la iglesia estaban sus seres queridos, lamentando la pérdida anticipada e injusta del pequeño. "Kevin está bravo, porque no han hecho justicia por su muerte y por eso se cayó la casa de al lado", dijeron sus amigos que, en medio de su inocencia, buscan una explicación. Se referían al caserón 765 que se desplomó al día siguiente de su muerte.
Kevin fue despedido a las 2: 00 p.m. en la Iglesia de San José, ubicada en el mismo barrio que lo vio crecer. En un pequeño ataúd blanco y vestido del mismo color, fue llevado al Cementerio Amador.
Él era un niño trabajador, muy conocido por los turistas del área, pues siempre les ayudaba en lo que podía. Este jovencito, además trabajó en actuaciones en programas nacionales. "Le encantaba jugar fútbol, la queda y el escondite", dijo Carlos Ramírez, uno de sus amigos.
¿Y EL CULPABLE?
El menor de edad y presunto homicida de Ovalle se encuentra detenido en la Fiscalía Primera de Adolescentes bajo investigación.
LO EXTRAñAN
Sus hermanos Carolina, Humberto, Ezequiel y Elías todavía lloran por su muerte.
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