La comunidad de discapacitados de Panamá denuncia las barreras arquitectónicas a las que se enfrentan a diario. Aunque han logrado que en los establecimientos comerciales les pongan rampas, estacionamientos para discapacitados y en los elevadores la numeración está en sistema braille, creen que en las instituciones públicas falta mucho por hacer. Un caso típico es la sede del Ministerio de Salud, que además de no tener señalizaciones, no hay facilidades para ellos.
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