El otorgamiento de licencias para vender licor, bajo el disfraz de parrilladas, ha ocasionado mucha preocupación tanto en el distrito capital, como en el interior. Para los representantes y alcaldes, la situación obedece al programa Panamá Emprende del Ministerio de Comercio e Industrias. Esperan una revisión de esta ley.
Alcira Delgado: "Pienso que no debe ser. A mi criterio deben prohibir esta situación, pues afecta los valores familiares. Eso trae más pobreza".
César Pitty: "Deberían eliminar un poco de esos locales, pues la juventud está viendo esa situación. Eso trae más pobreza para las familias, pues se pierden en los vicios".
Rafael Carrasco: "Pienso que el Gobierno debe tomar control de esta situación. Eso puede traer un serio problema de alcoholismo. En fin, perjudica a la sociedad".
Boris Castro: "Eso está mal, pero muy mal. Las autoridades de turno deben saber que la iglesia es algo sagrado. Deben inculcar el respeto, pero nadie ve esas cosas".
Daniel Ruedas: "En realidad, las personas que crean estos locales están atentando contra la moral y las buenas costumbres. No puede ser que una parrillada esté cerca de una escuela".
Anayansi Castillo: "No debería ser así. Eso hace que los niños se metan desde muy pequeños en el vicio. Los padres de familia deben aconsejar a sus hijos y hablarle de esas cosas".
Sharleen De Gracia: "Pienso que está mal que hayan hecho una ley sin medir las consecuencias que podía traer. Los niños no ven nada bueno con estos sitios de expendio de licor".
José Aguilar: "Pienso que no sólo los dueños de esos locales fallan, sino también aquellos que se ponen a tomar frente a una iglesia o escuela. Eso es una falta de respeto".
Vanesa Barría: "Si están proliferando los bares, cantinas y parrilladas, entonces eso es lo que quieren ver las autoridades, pero no piensan en los valores morales de la sociedad".
Nelly López: "Está mal que se den esos permisos de operación. Las autoridades deben revisar esas leyes y tomar control de estos sitios".
José Lasso: "Eso trae malas consecuencias. Especialmente porque incita a los jóvenes y hasta a los niños a experimentar qué se siente tomar licor".
Marlenis Ortega: "Está mal, porque en las escuelas hay niños que van a aprender, no a ver malos ejemplos. Hay que hacer algo por cambiar eso".
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