Los retos le llueven. Pero eso tiene sin cuidados al joven Rolando Ábrego, quien desde varios años decidió explorar el arte de repicar un tambor. Aunque parezca algo sencillo, eso tiene sus secretos, pues quien ejecuta ese instrumento debe crear un estilo propio, que sea reconocido y respetado por otros panameños que se destacan en este campo.
Rolando Ábrego recuerda que la corriente del folclor se fortaleció cuando tenía nueve años. A esa edad sentía gran admiración al ver los grupos que animaban fiestas y otras celebraciones con un tambor. Y como cualquier chiquillo de su edad no dudó en decir: "Algún día yo haré lo mismo".
Y las puertas a ese majestuoso mundo se fueron abriendo, a tal punto que llegó a bailar típico para el conjunto de la Lotería Nacional de Beneficencia. Confesó que ésta fue su gran oportunidad de lanzarse a alcanzar este sueño, ya que las prácticas de baile se hacían con música en directo. Eso alimentó su interés por poner a repicar un tambor y las oportunidades cayeron como anillo al dedo. ¡Enhorabuena!
Este joven cursa el quinto año de Electrónica en el Instituto Profesional y Técnico de San Miguelito. Su padre lleva el mismo nombre y su madre se llama Rosa. Ambos lo apoyan en cada presentación que hace.
Rolando recuerda que para perfeccionar repiques como: tambor corrido, tambor norte, cumbia, cumbia cerrada y otros toques esenciales en las presentaciones folclóricas, lo hace a través de sus prácticas constantes durante los fines de semana y asistiendo a invitaciones donde le ha tocado foguearse.
"Para esto se debe tener mucha iniciativa, pero siempre hay algo de herencia familiar, pues mi abuelo tocaba guitarra", explicó.
Rolando hace poco participó del concurso Dora P. de Zárate, pero ya midió fuerzas en el certamen nacional Manuel F. Zárate, en el que las competencias siempre son muy reñidas y sobreviven los mejores.
PROYECTOS
Rolando es el mayor de dos hermanos, reside en El Valle de San Isidro y su carrera a futuro es la electricidad.
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